viernes, 9 de octubre de 2009

9 octubre de 2.009




Nada es lo que parece.

8:15 horas

Vivimos momentos únicos. Las dificultades por las que está atravesando la economía mundial son muy superiores a lo que se quiere reconocer. Por mi parte, he defendido desde el 2.007 que las consecuencias de esta crisis superarían a las del 29 y que implicarían el final del modelo económico vigente.
Los que nos informamos de todas las fuentes, vamos completando un puzzle que empieza a clarificarse. Los informadores oficiales mandan repetidamente el mismo mensaje: lo peor ya ha pasado, hemos comenzado una recuperación que será lenta. Los especialistas independientes, premios nobel y teóricos de la economía, también insisten: esto no ha hecho más que empezar y sus consecuencias pueden ser tremendas.
Y los voceros y manipuladores de la opinión pública intentan enviar mensajes que dirijan a la masa en la dirección que ellos creen conveniente. Por el momento, en la práctica, se impone la tesis monetarista, donde todo es cuestión de liquidez y psicología (creo que esta crisis acabará con esta forma de pensar). Los grandes conocedores de los mercados y estudiosos de la crisis del 29, entre ellos Bernanke, Greenspan y Soros, concluyeron que el factor primordial en la Gran Depresión fue la caída de la Bolsa, por ello creen que hoy, por encima de todo, lo que hay que hacer es sostenerla y que esta arrastre la confianza y finalmente a la economía. Mientras se centran en que el agua no se escape por la cañería rota, esta sigue entrando por las ventanas y la puerta, tarde o temprano tendrán que olvidarse de la Bolsa porque al mismo tiempo se hundirá todo lo demás, dólar, deuda, comercio, etc. entonces se habrán dado cuenta que lo que refleja el espejo (la bolsa) y la realidad pueden ser muy diferentes.
El Sr. Greenspan, rey de ambigüedad mientras estuvo al frente de la FED, cuyos largos y crípticos discursos fueron verdaderas torturas para los analistas, se ha reconvertido ahora en un cínico que sentencia con claridad griega y palabras lapidarias, que se entienden perfectamente en su mensaje pero que siguen haciéndonos sentir manipulados. El negocio bursátil siempre ha consistido en saber leer entre líneas, ahora tendremos que utilizar el microscopio. Ya nada es lo que parece.
En Estados Unidos, las cosas se están complicado mucho, a nivel de divisa, de deuda, político, da la sensación de que todo puede desmoronarse de la noche a la mañana, quizá estemos ante el final de un imperio que se hunde con la misma rapidez con la que emergió.
La Bolsa sigue según lo establecido, no les voy a repetir una vez más donde creo que está el techo y que hay que hacer, cuando llegue el momento les diré “ahora” y luego que cada cual tome sus decisiones. Me dicen en sus correos que aunque esté muy claro que el mercado está sobrevalorado, es suicida ponerse a la baja sabiendo que lo van a manipular. Es cierto, tengo que reconocerlo, a pesar de ello los gráficos nos anunciarán cuales son sus pretensiones, tarde o temprano, y yo creo que pronto, tendrá que soltar la presa.
El próximo lunes y martes, tendré dificultades para escribir mi crónica diaria, intentaré hacerlo pero no puedo asegurarlo. La pena es quizá sean los días claves.