viernes, 27 de noviembre de 2009

27 de noviembre de 2.009




Hachazo

10:20 horas





Decíamos hace un par de días que había que seguir vigilando con el rabillo del ojo, a pesar de la aparente tranquilidad de estos días, porque el encanto de la Bolsa es su capacidad de sorprendernos.

Decíamos también que la figura técnica era muy peligrosa.
LLevamos mucho tiempo afirmando que toda esta onda es un rebote y que los próximos problemas vendrían de las deudas públicas y las divisas.
Cuando ya parecía que el ejercicio estaba condenado a un lateral de escasos puntos, surgió la sorpresa, la deuda de Dubai. En principio es un pequeño país y una pequeña deuda, pero los gráficos anuncian algo mayor. Los seguros de quiebra han empezado a ascender rápidamente, en mayor medida cuanto más débil es el país. Parece que un nuevo proceso, similar al del 2.008 con los bancos ha empezado, pero ahora a nivel de Estados, el sector financiero ha acusado el golpe inmediatamente. Las implicaciones y extensión de los problemas que subyacen no las conoce nadie, podría repetirse un escenario similar al que ocurrió cuando se envolvieron las subprime en paquetes envenedados. La interrelación global hace que las implicaciones se extiendan por todas partes sin que podamos atajar el foco central de la cuestión.
Es casi seguro que ya tengamos un techo de mercado, a partir de ahora lo definitorio será calibrar el alcance y profundidad que pueda tener la corrección. Vivimos los primeros momentos, el hachazo ha sido profundo y contundente, la desconfianza no tardará en imponerse.
Parece que ya tenemos cinco ondas dibujadas en los horarios por lo que el primer impulso bajista podría estar acabado hoy. Los indicadores técnicos están en sobreventa, pero recordemos que las tendencias bajistas se fraguan manteniendo las sobreventas durante mucho tiempo. Los que estén dentro del mercado deben esperar a que haya una figura clara de vuelta y aguantar la posición ganadora hasta que esté claro. Los que estén fuera debería esperar un rebote de entidad para tomar posiciones cortas. Lo más inquietos pueden entrar y salir con celeridad aprovechando el incremento de la voltalidad y las rachas de temor y recuperación que se producirán.