jueves, 13 de agosto de 2009

Cuando se rompe la baraja 21/09/08



CUANDO SE ROMPE LA BARAJA




No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta de que estamos asistiendo a momentos históricos. La tensión se palpa en el aire, los acontecimientos se suceden de manera vertiginosa y la preocupación se extiende por todo el planeta.
En el fondo es lo de siempre, los ciclos, la evolución, el cambio continuo que unas veces es inapreciable y otras dramático. Un nuevo orden está emergiendo de manera convulsa y nos inquieta como sólo puede hacerlo lo desconocido.
Estamos presenciando sucesos únicos, empresas que parecían tener la solidez de una montaña son asoladas como chabolas bajo un huracán mientras las reglas del sacralizado mercado son violadas a la voz de alarma ante lo excepcional de las circunstancias. Hemos visto en pocas jornadas como se volatilizaban bancos de la envergadura de Lehman, aseguradoras colosales como AIG, gigantescas entidades hipotecarias como Freddie Mae y Fannie Mac e históricos como Merryl Lynch y HBOS se entregaban a sus competidores antes de ser devorados. El rosario continua y amenaza con hacerse interminable, muchos otros, en diversas partes del mundo, ya están poniendo sus barbas a remojar.
La semana pasada vivimos un pánico asombroso : las bolsas caían sin contemplación, los T-bills alcanzaban rentabilidades negativas, los seguros contra quiebras alcanzaban ratios escandalosos, los chinos bajaban sus tipos, los rusos cerraban los mercados, los americanos prohibían la operativa a corto, las inyecciones de liquidez batían todos lo records, el oro subía el diez por cien en un día y para ponerle la guinda a tal confusión el viernes nos despedíamos con la mayor subida de la historia en algunos mercados. Como vino a decir Greenspan : ¡vaya espectáculo!
Debo reconocer que le guardo cierto afecto al viejo mandatario, porque aunque sé que es en parte responsable del desaguisado al haber mantenido el dinero barato durante demasiado tiempo, también sé que era consciente de que esto acabaría sucediendo tarde o temprano, ya que es un buen conocedor de los ciclos y la naturaleza humana. Yo también opino que esto hubiera sucedido con o sin él.
Nunca el sistema se ha parecido más a un castillo de naipes, por momentos se intuía que todo podía desintegrarse de la noche a la mañana, en mi imaginación ya veía a los ancianos sin pensiones, a los ahorradores haciendo colas en sus bancos, las bolsas cerradas, el intervensionismo llegando a extremos impensables, para qué seguir. Supongo que Bernanke, en cuya pellejo no me hubiera gustado estar, debió visualizar algo parecido cuando decidió tomar la medida de quedarse con todos los “activos tóxicos” poniendo sobre la mesa una cifra de..,lo siento, tales cantidades se escapan a mi razón. No sé porqué me acordé de las viejas películas del Oeste, vi el círculo de carromatos y a los soldados disparando toda la munición que tenían a la voz de fuego de su General, los indios huían asustados pero el General, recuperado el silencio, pronunciaba un inquietante ¡volverán! mientras los soldados se palpaban unos cintos donde apenas quedaban un par de balas.
Los que piensan que esto se ha acabado pecan de ingenuidad, que el corazón haya vuelto a latir después de inyectarle adrenalina, no significa que el paciente vaya a estar corriendo por el parque al día siguiente. Admiro el valor de la administración americana jugándose el todo por el todo en el momento preciso, pero creo que muchos actos heroicos son hijos del miedo y éste me parece una huída hacia delante ¡Ojalá funcione!
Suceda lo que suceda, ya nada volverá a ser como antes, habrá más regulación, se supervisará con lupa, se cercenará la ingeniería financiera, se limitará el crédito, se suprimirán las alegrías consumistas, volverá la moderación y la prudencia, los bancos que sobrevivan tendrán el susto en el cuerpo durante años y recuperarán el sentido común, las hipotecas endurecerán sus condiciones y los ciudadanos de a pie se dejarán de aventuras inmobiliarias y especulativas. En cuanto a los Estados Unidos, sin duda el más afectado, no sé como va salir del lodazal en el que se ha metido, pero estoy seguro que no será fácil ni rápido, allí más que en ningún otro sitio se producirá una transformación profunda e irreversible. Espero que en su desesperación no acaben por prohibirle a Nadal que juegue con la izquierda o al invierno que nieve.
En cuanto a la Bolsa, los que han leído otros de mis artículos ya saben lo que pienso desde el año 2.000 : estamos ante una onda plana de superciclo, en el 2002-2003 vimos el suelo de la A, en el 2.007 el techo de la B y hacia el 2.012 veremos el suelo de la C, al menos por los mínimos de la A, el 800 del SP y el 5.000-5.500 del Ibex. Los rebotes llegarán, están llegando, habíamos descendido demasiado para un primer año bajista, pero esta onda no ha hecho más que empezar, si bien es cierto que lo ha hecho a lo grande.
De cualquier forma no hay que dramatizar, al igual que Greenspan creo en los ciclos y también estoy convencido que lo que no nos destruye nos fortalece. Una crisis no es más que una aceleración evolutiva y el hombre está pidiendo a gritos una nueva conciencia. Estamos cambiando la piel y aunque pueda resultar traumático y doloroso, hay muchas posibilidades de que la próxima sea más bella y resistente.



21 de septiembre de 2.008