21 de Febrero de 2.009
TOMANDO PERSPECTIVA
Vivimos una fase histórica muy acelerada. Atropellados por un ritmo de acontecimientos absolutamente convulso, apenas somos capaces de pensar con un horizonte de semanas cuando no de días o de horas. Por ello, a pesar de que no hay tregua, convendría pararse a respirar profundamente y tomar perspectiva.
Desde que comenzó el desplome bursátil escucho a distintos analistas elaborando hipótesis sobre donde está el suelo del mercado mes tras mes, tarea ciertamente inútil a la vista de la tendencia bajista tan fuerte que se desarrolla, llegue cuando llegue, más adelante expondré mi hipótesis, no vamos a perder ninguna gran oportunidad de un día para otro, la inercia vendedora es tal que habrá un suelo prolongado y fácilmente reconocible.
La gravedad de la situación económica invita a reflexiones profundas, algunas absolutamente filosóficas y otras meramente prácticas, y sus consecuencias pueden ser tan extraordinarias que podríamos escribir un tratado, pero como el espacio es limitado y las tareas sólo pueden llevarse a término de una en una, hoy sólo abordaré el aspecto técnico del mercado intentado ofrecer un mapa de carreteras en el que reorientarnos y serenarnos. Para ello comenzaré rescatando el último articulo que escribí en VCG.es en marzo del 2.005, siguiendo con el análisis gráfico del 2.007 y acabando con el actual, creo que este devenir nos hará tomar tierra y enfrentar el futuro con mayor lucidez. Quizá alejándonos atrás en el tiempo podamos ver con mayor claridad el presente.
8 de marzo de 2.005
EL CICLO INTENTA AJUSTARSE
Parece que poco a poco la niebla va levantando, aunque ciertamente no estamos en tiempos fáciles para el análisis. No es que ocurra nada inexplicable, simplemente es que acontece algo poco habitual. Ninguna de mis experiencias acumuladas a lo largo de dos ciclos completos encaja totalmente con la situación actual. La explicación, vista con amplitud temporal podría ser relativamente simple: los años sesenta y setenta dieron lugar a un mercado bastante lateral, que sirvió de plataforma para que disfrutáramos en los ochenta y noventa de impresionantes mercados alcistas. En esos 20 años de popularización de los mercados y de las herramientas de inversión hemos vivido espectáculos inolvidables. Hay valores que se han multiplicado tantas veces que resulta increíble, e índices, como el Nasdaq, que han pasado de 50 a 5.000 sin pararse a respirar. Con el nuevo milenio volvimos a la realidad y las correcciones han sido tan duras que cinco años después hay valores de primera fila con rebajas del cincuenta al ochenta por ciento, y multitud de estrellas tecnológicas que yacen rotas como gigantes de barro. Sin embargo la vida sigue, y la Bolsa también, así que se entierran los muertos, se curan los heridos, se limpia el campo de batalla, se nombran nuevos jefes y se reclutan nuevos participantes. Y en esta labor, técnicamente larga y complicada, es la que parece que nos encontramos actualmente. Los instrumentos que se están utilizando para recomponer este desaguisado son, básicamente, una inflación muy contenida ( en realidad domada por la alta productividad tecnológica y el despertar del gigante chino) y unos tipos de interés históricamente bajos. Esto ha creado un mar de liquidez que lo ha inundado todo: inmuebles, materias primas, bonos, y como no, Bolsa. En realidad todo sube sin más, hay dinero y eso es lo básico. Desincentivado el ahorro o se gasta o se invierte. Es por ello que, a trancas y barrancas, índices, sectores y valores aportan sus piezas al puzzle para ajustar el ciclo cuanto antes. Vemos así que hay quien hace máximos históricos, y acaban por fin la onda quinta que habían pospuesto hasta que pasara el temporal, como constructoras inmobiliarias o eléctricas, mientras otros se conforman con rebotar tímidamente y con prudencia, e incluso con vergüenza, como telecomunicaciones, tecnológicas y pequeños valores que se apuntaron al carro de los sueños; y otros intentan volver a los altos recuperando su tono habitual como bancos y algunos valores cíclicos e industriales.
Por todo ello, los movimientos se han descompasado fuertemente, de manera que vivimos un momento en el que resulta mejor dar con el valor adecuado que con la dirección del mercado. Este panorama podría cuadrar perfectamente con la elaboración de una cuatro de superciclo, donde los vaivenes son largos y se prolongan muchos años en el tiempo, ya he comentado varias veces que, en mi opinión, la última onda de impulso real y generalizada se acabó en el año 98.
En principio, el final de la corrección habría llegado en el otoño del 2.002, el mercado se giró por que estaba agotado de bajar y por que habíamos alcanzado la parte baja de la onda cuatro anterior (¿recuerdan el artículo "Lázaro levántate y anda"?), sencillamente la Bolsa no podía bajar más. Sin embargo al principio del 2003 volvió a dirigirse a los mínimos y lo hizo en cinco ondas, es decir, aún estábamos en mercado bajista, de hecho muchos índices y valores hicieron mínimos, aunque los más adelantados (el Ibex siempre está entre ellos) dibujaron una onda fallida y con ello un doble suelo desde donde, entonces sí, empezó una subida real y sostenida que aún dura. Cuando esto sucedió elaboré mi primera hipótesis de trabajo creyendo que era el inicio de un nuevo mercado expansivo cuyo primer gran impulso, al que he aludido en todos los últimos artículos, tendría una proyección alcista con límite 11.500-12.500. Hasta el verano pasado todo discurría bien, con el único pero de que algunos gráficos, dibujaban una primera onda en tres movimientos en lugar de cinco, por lo que los puse en cuarentena. Durante el 2.004 se produjo la digestión de esa onda alcista, es decir, una supuesta onda dos correctiva. Sin embargo aquí surgió un nuevo pero, la corrección fue tan ligera que ni buscó apoyo en la cuatro anterior ni corrigió el mínimo del 0,382. A pesar de todo sí completó el esperado hombro derecho de una figura HCH invertido que se proyecta exactamente hasta el 11.700 del Ibex. Más desconcierto produce aún observar que constructoras e inmobiliarias han volado junto con Ibex, Mib, Russell o Bovespa (son sólo algunos ejemplos) mientras que otros han sesteado como el S&P y DJ y otros se han quedado perdidos en la parte baja del gráfico como telecos, tecnológicas, Eurostock, Dax, Cac o Nasdaq (son otros ejemplos). Ciertamente se han producido grandes divergencias y han convivido gráficos muy débiles con otros de fuerza exultante. Otro punto de inquietud lo ofrece la debilidad técnica que ofrece la supuesta onda “3” en la que nos hallamos. La verdad es que no presenta apoyos sólidos ni disfruta de la serenidad y confianza que suelen aportan este tipo de ondas. Es difícil que en estas ondas haya el recelo que existe actualmente tanto por parte de profesionales como de pequeños inversores
Todos estos argumentos me llevan a pensar que quizá, en realidad, no estemos ante un mercado alcista puro, sino en el desarrollo de una onda “B” gigante que sirva de plataforma para ajustar el ciclo. Decía Elliott que cuando algo te parezca raro, difícil de encajar en un recuento claro, hay muchas posibilidades de que estés ante una onda “B“. Es más, aún no sé si lo que estamos contemplando es la “B” completa o sólo su primer tramo. Sea como fuere, y aunque nunca he vivido una “B” así, tomándola como tal, sí cuadra lo que esta pasando. Es una onda débil desde el punto de vista técnico, rápida, emocional, desconcertante, heterodoxa, descompasada, de volúmenes irregulares y de baja participación del público hasta el momento. Ello explicaría el porqué de la escasa amplitud de la onda de corrección del 2.004, y es que en realidad no habría sido una “2” sino una “b” dentro de la “B“. Por tanto hasta el momento tendríamos una onda “a” que se corresponde con la subida del 2.003 (5.400-8.500) una “b” de corrección en el 2.004 (8.500-7.500) y una “c” que se estaría desarrollando ahora con un objetivo mínimo de 11.700 y la posibilidad de llegar al 13.000 e incluso superarlo como corresponde a una “B” prototípica en mercados de gran inercia alcista. En otros índices y valores se aprecia, sin embargo, una gran debilidad, y creo que desarrollaran una “B” mediocre que no llegará a los máximos del 2.000. Otros sin embargo entrarán en terreno de máximos históricos, materializando este ajuste del que les hablo y conformando entre todos una “B” con carácter general.
Es difícil pues saber como se desarrollará la onda actual. En principio, como onda “c” (dentro de la “B“) debería desarrollarse en cinco ondas, actualmente, estaríamos agotando el primer tramo, para asistir después a una primera corrección que intentará acercarse a la línea clavicular del HCH (8.500-8700). Sin embrago este tipo de ondas son las más difíciles de predecir y las hay con todo tipo de variantes: rápidas, cortas, profundas, en zigzag, simples, complejas, etc. El panorama es pues difícil, aunque en estos momentos se pueden obtener grandes plusvalías en cortos espacios de tiempo, el problema es que hay que trabajar estresado y dormir con un ojo abierto. Lo único que parece seguro, mientras se respete el 8.500, es que alcanzaremos un objetivo mínimo de 11.700. Después ya veremos.
Por lo demás no me hace ni pizca de gracia ver todos los activos tan sobre valorados y la inflación tan paradita con crecimiento y sin él, teniendo un petróleo caro, unos tipos bajos, grandes déficits, dinero fácil y nulo ahorro. ¿Si no hay inflación en estás condiciones qué pasará cuando desaparezcan estos elementos de presión sobre los precios? Hay muchas cosas que aún no he vivido pero este cocktail me parece peligroso, la onda C puede ser devastadora, veremos como acaba. Bueno, ya saben que a la fuerza ahorcan, y este es el mercado que tenemos, habría sido mejor una onda de impulso, sólida, segura y en la que todos pudiéramos ganar y dormir, pero esto es lo que parece haber: una “B” donde se puede ganar rápido pero donde se puede quedar atrapado. A río revuelto ganancia de pescadores. Ya les dije en octubre que dejaran las cañas y volvieran al mercado, ahora espero que se hayan hecho buenos pescadores porque en este mercado vamos a necesitar mucha pericia y algo de suerte.
JALS.
Cuando volví leer este artículo me quedé maravillado ante la de cosas que nos pueden decir los gráficos si se saben mirar, en el 2.005 ya nos contaban la historia de lo que habría de pasar años después, en realidad ya me habían dado las pistas muchos años antes. No olviden que en los gráficos no vemos lo que los inversores dicen o piensan sino lo que hacen y eso es lo que cuenta.
En el 2.007 el desarrollo ya estaba maduro, convencido del planteamiento, me reafirme en la hipótesis de la onda B, y publiqué el siguiente recuento.
El recuento no dejaba lugar a dudas si observábamos otros índices: el Nasdaq a años luz del 2.000, el Eurostock muy lejos también y los índices más representativos como el Dax o el SP en dobles techos perfectos. Esto publiqué sobre el SP.
Como podéis comprobar la verdadera onda alcista se acabó en el 98 y el máximo del 2.000 fue una onda b dentro de la A impulsada por la locura tecnológica.
Tenemos pues nuestro mapa con las siguientes referencias:
1- La Onda de impulso general acabó en 1.998
2- Su corrección se está desarrollando mediante una onda plana gigantesca.
3- Su onda A se desplegó así: a-1.998, b-1.998-2.000 y c-2.000-2.003
4- La onda B así: a-2003-2.004, b-2.004 y c-2.004-2.007
5- Tenemos pues una onda A de 1.998 a 2.003 (cinco años y un mes)
6- Una B del 2.003 al 2.007 ( cuatro años y siete meses).
7- Por tanto, por ley de simetría, debemos partir de la hipótesis de que la actual onda C debería ser al menos como la A, lo que nos lleva a fijar su suelo temporal en la segunda parte del 2.012 o la primera parte del 2.013.
Pasemos pues al recuento de la actual onda C y destripémosla:
Como estamos hablando de tendencias que duran años he utilizado un gráfico de velas mensuales, perderse en cortos espacios de tiempo es inútil, ya llegaremos ello cuando corresponda. El gráfico es del índice más usado, el S&P.
Las ondas A y B tienen dos tramos de impulso iguales correspondientes a las “a” y “c” y una onda de congestión central, las “b”, inclinadas en la dirección del movimiento (en realidad la onda b de la B se desarrollo en un triangulo ascendente a-b-c-d-e).
La onda C actual debe desarrollarse en cinco movimientos. Tenemos ya una primera onda 1 y su rebote 2, cortas y de un solo impulso como suele ocurrir en los comienzos de toda tendencia, a continuación el desarrollo de la 3 parece que ha comenzado a extenderse (también es habitual que sea la onda tres la que presenta extensiones por ser la más grande) y hemos desarrollado los impulsos 1, 2 y 3, el 1 y 2 con las mismas característica que el 1-2 grande y un tres muy largo (también absolutamente ortodoxo ya que es el solomillo de la tendencia, su parte central). Vemos a continuación una vela verde que podría corresponder a la onda 4 completa o bien al tramo A de dicha onda, en cuyo caso, después de esta caída(las últimas velas rojas), debería producirse otra subida para completar la onda (sería lo más normal por la ley de alternancia, al haber una 2 simple, debería haber una 4 compleja) Por tanto, después de otro rebote o ya si está acabada la 4 se desarrollaría la onda 5 que pondría fin a la onda 3, con esto se habrían consumado 2/3 partes de la bajada.
Luego se desarrollaría la propia onda 4 (no confundir con la 4 de 3) en una estructura compleja y plana a la misma altura de la que estamos desarrollando ahora, produciendo un mercado muy lateral (es posible que nos cansemos de ver los precios actuales) para resolverse finalmente a la baja en una última onda 5 que pondría fin al ciclo bajista y de la que no podemos saber aún su profundidad aunque debería ser del mismo tamaño que la 1, si bien esto es sólo una hipótesis puramente teórica.
Sabemos que las ondas C suelen acabar en un tanto por ciento muy alto por debajo de la A, esto en el gráfico que vemos nos indica poco, puesto que ese objetivo ya está alcanzado (800 del SP) pero si es muy útil para otros gráficos como el del Ibex (5.300) Dax (2.200) o Eurostock (1.850). De ello podemos deducir con toda claridad que los índices americanos se muestran mucho más débiles que los europeos pues algunos ya han alcanzado los mínimos del 2.003.
Podemos preguntarnos ahora:
¿Cómo es que le SP ha alcanzado ya la parte baja de la onda A si todavía estamos en la onda 3 de la C?
¿Cómo es que el SP ha consumido 2/3 del recorrido en menos de dos años cuando todavía quedan más de tres de tendencia bajista?
Las respuestas pueden ser básicamente tres:
1- Acorde con la hipótesis de trabajo: el mercado pierde volatilidad y empieza a ralentizarse desarrollando unas ondas 4 y/o 5 muy lentas y pesadas.
2- Más optimista: el final real del mercado fue en el año 2.000 y por lo tanto la onda A duró tres años, con lo que la onda C acabaría en la segunda parte del 2.010.
3- Más pesimista: No estamos ante una onda cuatro gigante sino ante un techo de superciclo. Entonces toda la estructura descrita no sería más que la onda 1 del movimiento bajista y el mercado tardaría décadas en volver a hacer máximos. Esto podría avalarse con el gráfico de velas trimestrales donde aún no hemos visto más que seis velas rojas sin ningún tipo de recuperación, algo que sucede por primera vez, y que nos habla bien claro de la fuerza bajista de la tendencia.
Los plazos de los que hablamos son suficientemente largos como para dejar aparcadas todas las hipótesis, esperemos a que se desarrollen las ondas que he descrito en los próximos meses y cuando estén hechas ya podremos ver con más claridad cual es el planteamiento acertado. Las tendencias son como los embarazos, se especula sobre su duración y se teme no reconocer el momento del parto, luego, cuando se aproxima la hora de la verdad, se “siente” sin lugar a dudas que ha llegado el momento.
No elucubremos más, sean pacientes, el suelo no está a la vuelta de la esquina ni en profundidad ni en tiempo. Si bien es cierto que ya hemos recorrido la mayor parte del camino bajista, un mercado alcista no se hace de la noche a la mañana y menos después de un descalabro como éste que permanecerá en la memoria colectiva durante generaciones. Recuerden que si compramos a 10 algo que estaba a 100 y se va a 1 perderemos casi lo mismo.
Tengo una incómoda sensación de frivolidad exponiendo únicamente aspectos técnicos del mercado en una crisis como la actual, pero es algo que convenía hacer, respiremos profundamente y tomemos perspectiva, ya habrá tiempo y lugar para abordar otras cuestiones.
Suerte a todos.
TOMANDO PERSPECTIVA
Vivimos una fase histórica muy acelerada. Atropellados por un ritmo de acontecimientos absolutamente convulso, apenas somos capaces de pensar con un horizonte de semanas cuando no de días o de horas. Por ello, a pesar de que no hay tregua, convendría pararse a respirar profundamente y tomar perspectiva.
Desde que comenzó el desplome bursátil escucho a distintos analistas elaborando hipótesis sobre donde está el suelo del mercado mes tras mes, tarea ciertamente inútil a la vista de la tendencia bajista tan fuerte que se desarrolla, llegue cuando llegue, más adelante expondré mi hipótesis, no vamos a perder ninguna gran oportunidad de un día para otro, la inercia vendedora es tal que habrá un suelo prolongado y fácilmente reconocible.
La gravedad de la situación económica invita a reflexiones profundas, algunas absolutamente filosóficas y otras meramente prácticas, y sus consecuencias pueden ser tan extraordinarias que podríamos escribir un tratado, pero como el espacio es limitado y las tareas sólo pueden llevarse a término de una en una, hoy sólo abordaré el aspecto técnico del mercado intentado ofrecer un mapa de carreteras en el que reorientarnos y serenarnos. Para ello comenzaré rescatando el último articulo que escribí en VCG.es en marzo del 2.005, siguiendo con el análisis gráfico del 2.007 y acabando con el actual, creo que este devenir nos hará tomar tierra y enfrentar el futuro con mayor lucidez. Quizá alejándonos atrás en el tiempo podamos ver con mayor claridad el presente.
8 de marzo de 2.005
EL CICLO INTENTA AJUSTARSE
Parece que poco a poco la niebla va levantando, aunque ciertamente no estamos en tiempos fáciles para el análisis. No es que ocurra nada inexplicable, simplemente es que acontece algo poco habitual. Ninguna de mis experiencias acumuladas a lo largo de dos ciclos completos encaja totalmente con la situación actual. La explicación, vista con amplitud temporal podría ser relativamente simple: los años sesenta y setenta dieron lugar a un mercado bastante lateral, que sirvió de plataforma para que disfrutáramos en los ochenta y noventa de impresionantes mercados alcistas. En esos 20 años de popularización de los mercados y de las herramientas de inversión hemos vivido espectáculos inolvidables. Hay valores que se han multiplicado tantas veces que resulta increíble, e índices, como el Nasdaq, que han pasado de 50 a 5.000 sin pararse a respirar. Con el nuevo milenio volvimos a la realidad y las correcciones han sido tan duras que cinco años después hay valores de primera fila con rebajas del cincuenta al ochenta por ciento, y multitud de estrellas tecnológicas que yacen rotas como gigantes de barro. Sin embargo la vida sigue, y la Bolsa también, así que se entierran los muertos, se curan los heridos, se limpia el campo de batalla, se nombran nuevos jefes y se reclutan nuevos participantes. Y en esta labor, técnicamente larga y complicada, es la que parece que nos encontramos actualmente. Los instrumentos que se están utilizando para recomponer este desaguisado son, básicamente, una inflación muy contenida ( en realidad domada por la alta productividad tecnológica y el despertar del gigante chino) y unos tipos de interés históricamente bajos. Esto ha creado un mar de liquidez que lo ha inundado todo: inmuebles, materias primas, bonos, y como no, Bolsa. En realidad todo sube sin más, hay dinero y eso es lo básico. Desincentivado el ahorro o se gasta o se invierte. Es por ello que, a trancas y barrancas, índices, sectores y valores aportan sus piezas al puzzle para ajustar el ciclo cuanto antes. Vemos así que hay quien hace máximos históricos, y acaban por fin la onda quinta que habían pospuesto hasta que pasara el temporal, como constructoras inmobiliarias o eléctricas, mientras otros se conforman con rebotar tímidamente y con prudencia, e incluso con vergüenza, como telecomunicaciones, tecnológicas y pequeños valores que se apuntaron al carro de los sueños; y otros intentan volver a los altos recuperando su tono habitual como bancos y algunos valores cíclicos e industriales.
Por todo ello, los movimientos se han descompasado fuertemente, de manera que vivimos un momento en el que resulta mejor dar con el valor adecuado que con la dirección del mercado. Este panorama podría cuadrar perfectamente con la elaboración de una cuatro de superciclo, donde los vaivenes son largos y se prolongan muchos años en el tiempo, ya he comentado varias veces que, en mi opinión, la última onda de impulso real y generalizada se acabó en el año 98.
En principio, el final de la corrección habría llegado en el otoño del 2.002, el mercado se giró por que estaba agotado de bajar y por que habíamos alcanzado la parte baja de la onda cuatro anterior (¿recuerdan el artículo "Lázaro levántate y anda"?), sencillamente la Bolsa no podía bajar más. Sin embargo al principio del 2003 volvió a dirigirse a los mínimos y lo hizo en cinco ondas, es decir, aún estábamos en mercado bajista, de hecho muchos índices y valores hicieron mínimos, aunque los más adelantados (el Ibex siempre está entre ellos) dibujaron una onda fallida y con ello un doble suelo desde donde, entonces sí, empezó una subida real y sostenida que aún dura. Cuando esto sucedió elaboré mi primera hipótesis de trabajo creyendo que era el inicio de un nuevo mercado expansivo cuyo primer gran impulso, al que he aludido en todos los últimos artículos, tendría una proyección alcista con límite 11.500-12.500. Hasta el verano pasado todo discurría bien, con el único pero de que algunos gráficos, dibujaban una primera onda en tres movimientos en lugar de cinco, por lo que los puse en cuarentena. Durante el 2.004 se produjo la digestión de esa onda alcista, es decir, una supuesta onda dos correctiva. Sin embargo aquí surgió un nuevo pero, la corrección fue tan ligera que ni buscó apoyo en la cuatro anterior ni corrigió el mínimo del 0,382. A pesar de todo sí completó el esperado hombro derecho de una figura HCH invertido que se proyecta exactamente hasta el 11.700 del Ibex. Más desconcierto produce aún observar que constructoras e inmobiliarias han volado junto con Ibex, Mib, Russell o Bovespa (son sólo algunos ejemplos) mientras que otros han sesteado como el S&P y DJ y otros se han quedado perdidos en la parte baja del gráfico como telecos, tecnológicas, Eurostock, Dax, Cac o Nasdaq (son otros ejemplos). Ciertamente se han producido grandes divergencias y han convivido gráficos muy débiles con otros de fuerza exultante. Otro punto de inquietud lo ofrece la debilidad técnica que ofrece la supuesta onda “3” en la que nos hallamos. La verdad es que no presenta apoyos sólidos ni disfruta de la serenidad y confianza que suelen aportan este tipo de ondas. Es difícil que en estas ondas haya el recelo que existe actualmente tanto por parte de profesionales como de pequeños inversores
Todos estos argumentos me llevan a pensar que quizá, en realidad, no estemos ante un mercado alcista puro, sino en el desarrollo de una onda “B” gigante que sirva de plataforma para ajustar el ciclo. Decía Elliott que cuando algo te parezca raro, difícil de encajar en un recuento claro, hay muchas posibilidades de que estés ante una onda “B“. Es más, aún no sé si lo que estamos contemplando es la “B” completa o sólo su primer tramo. Sea como fuere, y aunque nunca he vivido una “B” así, tomándola como tal, sí cuadra lo que esta pasando. Es una onda débil desde el punto de vista técnico, rápida, emocional, desconcertante, heterodoxa, descompasada, de volúmenes irregulares y de baja participación del público hasta el momento. Ello explicaría el porqué de la escasa amplitud de la onda de corrección del 2.004, y es que en realidad no habría sido una “2” sino una “b” dentro de la “B“. Por tanto hasta el momento tendríamos una onda “a” que se corresponde con la subida del 2.003 (5.400-8.500) una “b” de corrección en el 2.004 (8.500-7.500) y una “c” que se estaría desarrollando ahora con un objetivo mínimo de 11.700 y la posibilidad de llegar al 13.000 e incluso superarlo como corresponde a una “B” prototípica en mercados de gran inercia alcista. En otros índices y valores se aprecia, sin embargo, una gran debilidad, y creo que desarrollaran una “B” mediocre que no llegará a los máximos del 2.000. Otros sin embargo entrarán en terreno de máximos históricos, materializando este ajuste del que les hablo y conformando entre todos una “B” con carácter general.
Es difícil pues saber como se desarrollará la onda actual. En principio, como onda “c” (dentro de la “B“) debería desarrollarse en cinco ondas, actualmente, estaríamos agotando el primer tramo, para asistir después a una primera corrección que intentará acercarse a la línea clavicular del HCH (8.500-8700). Sin embrago este tipo de ondas son las más difíciles de predecir y las hay con todo tipo de variantes: rápidas, cortas, profundas, en zigzag, simples, complejas, etc. El panorama es pues difícil, aunque en estos momentos se pueden obtener grandes plusvalías en cortos espacios de tiempo, el problema es que hay que trabajar estresado y dormir con un ojo abierto. Lo único que parece seguro, mientras se respete el 8.500, es que alcanzaremos un objetivo mínimo de 11.700. Después ya veremos.
Por lo demás no me hace ni pizca de gracia ver todos los activos tan sobre valorados y la inflación tan paradita con crecimiento y sin él, teniendo un petróleo caro, unos tipos bajos, grandes déficits, dinero fácil y nulo ahorro. ¿Si no hay inflación en estás condiciones qué pasará cuando desaparezcan estos elementos de presión sobre los precios? Hay muchas cosas que aún no he vivido pero este cocktail me parece peligroso, la onda C puede ser devastadora, veremos como acaba. Bueno, ya saben que a la fuerza ahorcan, y este es el mercado que tenemos, habría sido mejor una onda de impulso, sólida, segura y en la que todos pudiéramos ganar y dormir, pero esto es lo que parece haber: una “B” donde se puede ganar rápido pero donde se puede quedar atrapado. A río revuelto ganancia de pescadores. Ya les dije en octubre que dejaran las cañas y volvieran al mercado, ahora espero que se hayan hecho buenos pescadores porque en este mercado vamos a necesitar mucha pericia y algo de suerte.
JALS.
Cuando volví leer este artículo me quedé maravillado ante la de cosas que nos pueden decir los gráficos si se saben mirar, en el 2.005 ya nos contaban la historia de lo que habría de pasar años después, en realidad ya me habían dado las pistas muchos años antes. No olviden que en los gráficos no vemos lo que los inversores dicen o piensan sino lo que hacen y eso es lo que cuenta.
En el 2.007 el desarrollo ya estaba maduro, convencido del planteamiento, me reafirme en la hipótesis de la onda B, y publiqué el siguiente recuento.
El recuento no dejaba lugar a dudas si observábamos otros índices: el Nasdaq a años luz del 2.000, el Eurostock muy lejos también y los índices más representativos como el Dax o el SP en dobles techos perfectos. Esto publiqué sobre el SP.
Como podéis comprobar la verdadera onda alcista se acabó en el 98 y el máximo del 2.000 fue una onda b dentro de la A impulsada por la locura tecnológica.
Tenemos pues nuestro mapa con las siguientes referencias:
1- La Onda de impulso general acabó en 1.998
2- Su corrección se está desarrollando mediante una onda plana gigantesca.
3- Su onda A se desplegó así: a-1.998, b-1.998-2.000 y c-2.000-2.003
4- La onda B así: a-2003-2.004, b-2.004 y c-2.004-2.007
5- Tenemos pues una onda A de 1.998 a 2.003 (cinco años y un mes)
6- Una B del 2.003 al 2.007 ( cuatro años y siete meses).
7- Por tanto, por ley de simetría, debemos partir de la hipótesis de que la actual onda C debería ser al menos como la A, lo que nos lleva a fijar su suelo temporal en la segunda parte del 2.012 o la primera parte del 2.013.
Pasemos pues al recuento de la actual onda C y destripémosla:
Como estamos hablando de tendencias que duran años he utilizado un gráfico de velas mensuales, perderse en cortos espacios de tiempo es inútil, ya llegaremos ello cuando corresponda. El gráfico es del índice más usado, el S&P.
Las ondas A y B tienen dos tramos de impulso iguales correspondientes a las “a” y “c” y una onda de congestión central, las “b”, inclinadas en la dirección del movimiento (en realidad la onda b de la B se desarrollo en un triangulo ascendente a-b-c-d-e).
La onda C actual debe desarrollarse en cinco movimientos. Tenemos ya una primera onda 1 y su rebote 2, cortas y de un solo impulso como suele ocurrir en los comienzos de toda tendencia, a continuación el desarrollo de la 3 parece que ha comenzado a extenderse (también es habitual que sea la onda tres la que presenta extensiones por ser la más grande) y hemos desarrollado los impulsos 1, 2 y 3, el 1 y 2 con las mismas característica que el 1-2 grande y un tres muy largo (también absolutamente ortodoxo ya que es el solomillo de la tendencia, su parte central). Vemos a continuación una vela verde que podría corresponder a la onda 4 completa o bien al tramo A de dicha onda, en cuyo caso, después de esta caída(las últimas velas rojas), debería producirse otra subida para completar la onda (sería lo más normal por la ley de alternancia, al haber una 2 simple, debería haber una 4 compleja) Por tanto, después de otro rebote o ya si está acabada la 4 se desarrollaría la onda 5 que pondría fin a la onda 3, con esto se habrían consumado 2/3 partes de la bajada.
Luego se desarrollaría la propia onda 4 (no confundir con la 4 de 3) en una estructura compleja y plana a la misma altura de la que estamos desarrollando ahora, produciendo un mercado muy lateral (es posible que nos cansemos de ver los precios actuales) para resolverse finalmente a la baja en una última onda 5 que pondría fin al ciclo bajista y de la que no podemos saber aún su profundidad aunque debería ser del mismo tamaño que la 1, si bien esto es sólo una hipótesis puramente teórica.
Sabemos que las ondas C suelen acabar en un tanto por ciento muy alto por debajo de la A, esto en el gráfico que vemos nos indica poco, puesto que ese objetivo ya está alcanzado (800 del SP) pero si es muy útil para otros gráficos como el del Ibex (5.300) Dax (2.200) o Eurostock (1.850). De ello podemos deducir con toda claridad que los índices americanos se muestran mucho más débiles que los europeos pues algunos ya han alcanzado los mínimos del 2.003.
Podemos preguntarnos ahora:
¿Cómo es que le SP ha alcanzado ya la parte baja de la onda A si todavía estamos en la onda 3 de la C?
¿Cómo es que el SP ha consumido 2/3 del recorrido en menos de dos años cuando todavía quedan más de tres de tendencia bajista?
Las respuestas pueden ser básicamente tres:
1- Acorde con la hipótesis de trabajo: el mercado pierde volatilidad y empieza a ralentizarse desarrollando unas ondas 4 y/o 5 muy lentas y pesadas.
2- Más optimista: el final real del mercado fue en el año 2.000 y por lo tanto la onda A duró tres años, con lo que la onda C acabaría en la segunda parte del 2.010.
3- Más pesimista: No estamos ante una onda cuatro gigante sino ante un techo de superciclo. Entonces toda la estructura descrita no sería más que la onda 1 del movimiento bajista y el mercado tardaría décadas en volver a hacer máximos. Esto podría avalarse con el gráfico de velas trimestrales donde aún no hemos visto más que seis velas rojas sin ningún tipo de recuperación, algo que sucede por primera vez, y que nos habla bien claro de la fuerza bajista de la tendencia.
Los plazos de los que hablamos son suficientemente largos como para dejar aparcadas todas las hipótesis, esperemos a que se desarrollen las ondas que he descrito en los próximos meses y cuando estén hechas ya podremos ver con más claridad cual es el planteamiento acertado. Las tendencias son como los embarazos, se especula sobre su duración y se teme no reconocer el momento del parto, luego, cuando se aproxima la hora de la verdad, se “siente” sin lugar a dudas que ha llegado el momento.
No elucubremos más, sean pacientes, el suelo no está a la vuelta de la esquina ni en profundidad ni en tiempo. Si bien es cierto que ya hemos recorrido la mayor parte del camino bajista, un mercado alcista no se hace de la noche a la mañana y menos después de un descalabro como éste que permanecerá en la memoria colectiva durante generaciones. Recuerden que si compramos a 10 algo que estaba a 100 y se va a 1 perderemos casi lo mismo.
Tengo una incómoda sensación de frivolidad exponiendo únicamente aspectos técnicos del mercado en una crisis como la actual, pero es algo que convenía hacer, respiremos profundamente y tomemos perspectiva, ya habrá tiempo y lugar para abordar otras cuestiones.
Suerte a todos.