Tenemos la primera gran divergencia bajista en gráficos semanales desde que comenzó el rebote en marzo del 2.009.
Este tipo de situaciones técnicas suelen anunciar un giro de la tendencia inminente. Son muchas las semanas que son necesarias para que se produzca y es un factor que hay que tomarse muy en serio. Si a esto le unimos que hay un recuento completo y proporcional en tiempo y altura entre las ondas y que la mayoría de los índices no han superado los máximos de febrero y se han negado a confirmar los realizados por Wall Street en mayo, las posibilidades de que estemos en el pico del rebote deben ser consideradas como muy altas.