La India es también la tierra de las generaciones jóvenes, que constituyen más del 70% de la población. Hasta ahora, todos los partidos políticos e incluso organizaciones religiosas dividían y gobernaban la India según la casta, y la represión. Ahora las nuevas generaciones de la India, en particular las mujeres, son cada vez más conscientes de la delincuencia y el saqueo o pillaje cometidos contra ellos por los multimillonarios, los políticos, los burócratas, y los dirigentes de las organizaciones religiosas. Están enfadados e impacientes porque han sido engañados durante muchos años.
Ellos están al borde de la revolución violenta y sangrienta. Han perdido su fe en el Parlamento, en los partidos políticos, en el poder judicial, en los medios de comunicación, los religiosos y los jefes espirituales. Los recientes levantamientos de las mujeres y los jóvenes en el mundo árabe o islámico dan un nuevo impulso a la juventud y a las mujeres indias.
La revolución violenta va a suceder en el corto plazo. Los nuevos profesionales formados y los jóvenes calificados, ya están lanzando campañas en contra de la corrupción y la mala gestión. Las mujeres y los jóvenes de las zonas rurales se están organizando para tomar represalias. La integración de la clase media y los estratos más bajos está teniendo lugar gracias a la nueva conciencia proporcionada por las revoluciones árabes.
A menos que el gobierno tome medidas inmediatas, para satisfacer a los jóvenes y a las mujeres, arrancar la corrupción y el dinero negro y las manipulaciones de las familias dirigentes, una revolución violenta en la India es inevitable.