Un artículo muy realista de Carlos Montero.
Diferentes medios financieros publicaban ayer que Alemania había relajado sus pretensiones de una reestructuración de deuda en Grecia, y dejaba el camino libre a un nuevo plan de rescate financiero para Grecia por parte de la UE, que estaría por encima de los 100.000 millones de euros.
El mercado dio la bienvenida a esta noticia, que según algunos analistas es la única viable. Federico Ghizzoni, presidente ejecutivo de Unicredit, afirmaba que ya no es una opción una reestructuración de deuda en Grecia, como lo era hace un año. Ahora Grecia tiene que ser apoyada para evitar una suspensión de pagos en toda la zona euro, y no hay alternativa.
Parecería que una vez que Alemania se ha comprometido a seguir apoyando al país heleno, el camino estaría más despejado. Pero no es así.
El famoso analista Bob Chapman, muy seguido en un mercado como el de Wall Street con una visión más objetiva y más certera desde mi punto de vista, que la endogámica europea, se muestra mucho más pesimista ante esta situación.
Es evidente que Grecia no puede pagar su deuda –afirma Chapman- y otras naciones de la euro zona están en ese mismo barco. Grecia, Irlanda y Portugal tienen problemas que no se pueden resolver y España, Italia y Bélgica, no se quedan atrás.
España está implementando medidas de austeridad, lo que está provocando el descontento de gran parte del país. Las 17 comunidades autónomas han doblado su deuda en los últimos dos años y medio. Los socialistas no sabían como parar esto, y ahora están fuera de la oficina. España va a la baja. No hay manera de que puedan sostenerse. Aumentará el desempleo de la población de edad entre 18 a 35 años por encima del 40%. No es de extrañar que la mayoría de los participantes de las manifestaciones actuales se encuentren en ese grupo de edad.
Pero Grecia sigue siendo la piedra angular de esta crisis. Chapman señala que Grecia tiene un peligro real de entrar en suspensión de pagos, lo que podría llevar a la salida del país de la zona euro, y la emisión de un nuevo dracma con el 50% del valor del euro, e incluso salir de la unión europea.
Los alemanes, los más reticentes a seguir financiando la crisis griega, deberían haber aceptado la quita de 0,50$ por dólar que les ofreció el gobierno griego hace un año. Ahora la situación ha empeorado y aún esa medida no sería suficiente.
Chapman cree que los seis países en problemas (Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia, Bélgica) deberían volver a sus monedas, realizar una quita de dos tercios de su deuda y salir de la zona euro.
Una quita del 50% en el total de la deuda de estos seis países supondría unas pérdidas de 846.000 millones de dólares, lo que destruiría al BCE y la zona euro. Chapman prevé importantes cambios no únicamente en la zona euro, y la UE, sino también en el Reino Unido y los EE.UU. Las deudas son impagables.
Grave situación la que nos plantea este analista, que no por fuerza de ser repetida pierde importancia. Periódicamente traemos a estas páginas artículos de opinión sobre consecuencias, medidas a adoptar y posibles soluciones de la actual crisis de deuda, de las grandes casas de análisis europeas, y de EE.UU. Lo interesante a mi modo de ver de la opinión anterior de Bob Chapman, es que este es un analista que tiene gran prestigio entre los pequeños inversores en EE.UU., lo cual nos da una visión más real de lo que podrían creer los ciudadanos de aquel sobre la situación europea en general, y sobre la española en particular.
”España va a la baja”, afirmaba este analista, y esa opinión no tiene una connotación coyuntural. España había convertido su imagen de país anticuado, poco eficiente y aún en vías desarrollo, en una economía y una nación pujante, desarrollada, moderna. Candidata principal a las inversiones internacionales. Y ahora eso ha cambiado.
España va a la baja, sí, y el problema es que esta vez, le va costar más que la anterior revertir esa tendencia. Ya no tendremos la ayuda de los fondos europeos, ni el extraordinario motor de crecimiento económico y del empleo, que fue el sector constructor.