Era un joven estudiante cuando oí hablar por primera vez de la sección áurea. Entonces no podía sospechar que aquella técnica que usaban algunos pintores renacentistas en sus cuadros era mucho más que una incursión de las matemáticas en el arte.
Hoy sabemos que el 0,618 fundamenta cuanto existe en el universo, es una especie de pieza básica con la que se estructuran las galaxias, las flores, los miembros de nuestro cuerpo, los caracoles, las olas, los fractales.....los movimientos bursátiles. Geometría sagrada.
En los últimos comentarios me he referido con insistencia a que la segunda parte de enero correspondía, en el ámbito temporal, al 0,618 de toda la bajada anterior. Por tanto si las subidas experimentadas desde marzo del año pasado eran un rebote dentro de una tendencia bajista, como he opinado siempre, ese momento era el propicio para que se produjera el cambio de escenario.
En el gráfico pueden ver que el impulso bajista que se desarrolló desde el 8 de octubre del 2.007 hasta el 9 de marzo del 2.009 había durado 73 semanas. Si multiplicamos dicha cifra por el número mágico el resultado es 45. Esta semana era justo la número 45 de subida, el momento clave. Asombrado, como siempre que ocurre, he asistido una vez más a la generación de este milagro inexplicable. De la nada, como un rayo, han surgido las ventas, en tres sesiones los cambios han descendido hasta dejar atrapados, sin capacidad de reacción, a todos los inversores que habían comprado desde el verano.
Si quieren podemos hablar de las declaraciones de Obama, de la reelección de Bernanke, de los swap de la deuda o del tono de moda en los pintalabios, pero con ello no haremos sino dejar patente nuestra incapacidad para aceptar que aún sabemos muy poco y que existen unos patrones estructurales que determinan la realidad que escapan a nuestra comprensión.
Un nuevo escenario se ha puesto en marcha. Por el momento el graficó horario del S&P ha empezado a extender ondas indicándonos que la tendencia bajista se reanuda con mucha fuerza. Habrá que esperar hasta ver donde se detiene el primer impulso y la magnitud de la posterior reacción para poder esbozar una primera hipótesis sobre qué nos espera.
No se dejen obnubilar por la puesta en escena de políticos contra banqueros, analicen los hechos, cuando las bolsas estaban a precios de saldo los banqueros recibieron inmensas cantidades de dinero de los políticos y compraron unas acciones con las que han obtenido unas plusvalías históricas, ahora que las han distribuido entre los particulares, su relación se tuerce y los precios vuelven a descender. Desempolven el último artículo de 21 de diciembre (2.010:de vuelta a la realidad) en él les decía que cuando la distribución estuviese acabada no podríamos contar con que las manos fuertes siguieran sosteniendo los mercados, es más, fomentarían el miedo y las caídas.
Bernanke ha inundado el planeta de dólares, provocando una situación insostenible, ahora su reelección pende de un hilo, si esta no se produjese y otro ocupase su lugar podríamos sospechar lo peor. Un nuevo rostro al frente de la Reserva Federal propiciaría futuras medidas más duras y austeras de las que no se sentiría culpable. La responsabilidad de Bernanke se disolvería entonces como en su día se disolvió la de Greenspan , al igual que la de Bush desapareció con Obama. A la postre, los únicos que no pueden dejar el cargo ni diluir la responsabilidad de sus actos, apechugando por tanto con lo que venga, son los ciudadanos.