El trading emborracha. Operar constantemente en el corto plazo acaba mareando, es como caminar mirándose los pies, tarde o temprano el trader se siente espeso, embotado, es el momento de parar y levantar la cabeza, de lo contrario el traspié estará a la vuelta de la esquina.
Los mercados han entrado en una fase de gran incertidumbre, los pronósticos alcistas y bajistas están igualados, ambas opciones parecen posibles, la experiencia indica que cuando esto sucede todos llevan razón y todos están equivocados, es decir, habrá movimientos en ambas direcciones, que terminarán poniendo y quitando la sonrisa a toros y osos. Lo importante es saber en que orden se producirán.
Decía Elliott que cuando ninguno de los recuentos posibles cuadre y deban ser matizados y corregidos vez tras vez, casi con toda seguridad estaremos ante la formación de una onda B. Si miramos los gráficos de largo plazo apreciaremos una ubicación intermedia en la fase intermedia de una fase intermedia, o lo que es lo mismo, una onda B dentro de otra B dentro de otra B. Mercados muy planos que tarde o temprano saldrán con fuerza en una dirección para después tomar la contraria y finalmente girar de nuevo en tendencia. Si el maestro Kostolany estuviera entre nosotros su consejo sería probablemente: "momento de irse a pescar"
Desde que el rebote comenzó en marzo del 2.009 los volúmenes han ido en descenso paulatino hasta llegar al día de hoy en el que las manos fuertes ni compran ni venden ¿que quiere decir esto? Pues que no hay nada que vender, han acabado con una distribución que les ha llevado todo un año. La falta de inversores finales ha hecho necesaria una estrategia de cirujano en la que cuidadosamente se ha ido soltando el papel acumulado en las ventas pánico del primer impulso bajista 2.007-2.009 sin dañar los precios, es la razón por la que estamos en los mismos niveles del verano pasado. Y no compran porque esperan precios mucho más bajos. En otras palabras, las Bolsas están a la deriva, abandonadas a su suerte.
Y entonces ¿por cual de las direcciones apostar para el primer movimiento? Pues dependerá del planteamiento final que se tenga. Personalmente mantengo el que exponía en julio del 2.007 cuando les anunciaba la llegada de un gran mercado bajista. Partía entonces de la hipótesis de que alcanzaríamos el suelo en algún momento entre finales del 2.012 y principios del 2.013 y siempre por debajo del nivel de la onda cuatro anterior, 5.400 para el Ibex. Debo confesar que a principios del 2.009 tuve dudas ¿que hacíamos en el 6.700 faltando cuatro años para la ventana temporal planteada? Sin embargo la duración y altura del rebote en curso hace que las piezas vuelvan a encajar.
En los últimos días se han publicado diversos artículos sobre el denominado efecto Hinderburg. Es demasiado complejo para exponerlo en pocas palabras, pero baste señalar que se ha dado en todas y cada una de las grandes caídas de las últimas décadas, lo que quiere decir que es condición necesaria aunque no suficiente para que se produzca un latigazo a la baja. Pues bien, los requisitos para su cumplimiento se han materializado durante las últimas sesiones posibilitando la llegada de una corrección rápida y profunda. No creo que un crash pueda ser anunciado, su propia naturaleza exige como ingrediente el factor sorpresa, pero sí tengo la sensación de que el mercado va a convulsionarse en un futuro próximo. Mi voz interior, que , como digo a menudo, es fruto de la acumulación de conocimientos inconscientes, y que me ha demostrado a lo largo de los años que sabe mucho más que mi propio raciocinio, me susurra " si quieres cogerla vas a tener que quedarte dentro del mercado y esperar"
Ya habrán deducido que mi hipótesis es por tanto abajo-arriba-abajo para el zigzag previsto, pero no quiero tener planteamientos preconcebidos que me enreden en un timing inoportuno, por lo que espero encontrar alguna señal que me indique que el momento ha llegado. Los mercados nunca son fáciles, no regalan el dinero, oscilan de forma precisa para atrapar al mayor número de participantes, por lo que sus movimientos rara vez son lo que parecen y a menudo son lo contrario, quien no sepa adelantarse a ellos y salir a su encuentro pone en peligro la supervivencia como inversor. Lo peor que se puede hacer en Bolsa es perseguir los precios y apostar por lo evidente. Y evidente es que la situación gráfica se ha puesto fea durante las últimas sesiones y que ha reaparecido el temor a una corrección de grandes proporciones, deberíamos inferir de ello que algo debe pasar para que este sentimiento se esfume antes de que finalmente ocurra, si es que lo hace.
Las manos fuertes siempre efectúan las grandes operaciones por precio, saben que su tamaño les obliga a realizar maniobras lentas y pesadas por lo que nunca venden cuando los precios han caído ni compran cuando han subido. Si ahora están neutras después de haber liquidado sus últimas compras de rebajas con importantísimas plusvalías, intentarán provocar un estado de confusión zarandeando el mercado, conscientes de que el comportamiento de los inversores en masa tiene unas reglas psicológicas muy definidas. Para no caer en la trampa hay que mantenerse sereno y observar el precio, sobre todo el precio, si tienen la intención de buscar una posición vendedora previendo un nuevo tramo bajista no lo harán hasta que se alcance el nivel deseado, lo que necesitará tiempo y se reflejará en los gráficos. Tiene pues sentido que se produzca un descenso rápido y potente en algún momento de las próximas semanas para propiciar después un movimiento inverso que obligue a los inversores a cambiar de sentimiento y posición consiguiendo así tomar las que han planeado al nivel adecuado. No creo que se conformen con menos de los máximos vistos en el rebote.
Los que prefieran las inversiones tranquilas deberían esperar a que los precios alcancen los niveles de abril e incluso más. Los que aspiren a mayores rentabilidades y estén dispuestos a correr riesgos superiores, deberían buscar una posición cómoda en un plazo corto esperando un recorte para el "boss" (S&P) sobre le nivel 900, cincuenta puntos arriba o abajo, e intentar aprovechar una posterior subida hasta máximos o más allá antes de que se reincie la tendencia bajista.
Este es el planteamiento que comparto con ustedes, que está sujeto a cuantas objeciones quieran y al que no me siento atado más que temporalmente, estando dispuesto a modificarlo en cuanto las circunstancias así lo exijan. He levantado la cabeza y es lo que he visto, pronosticar en Bolsa siempre es difícil, unas veces más que otras, y el momento actual es especialmente complejo.