Wall Street remató la sexta semana de bajadas el viernes con una sesión muy fea, en la que a pesar de la sobre venta y de haber iniciado un rebote en la jornada anterior, bajó con decisión y cerró en los mínimos.
Ya hemos dicho que la mayoría de las veces los mercados responden al al alza en los momentos de sobre venta y a la baja en los de sobre compra pero que, de vez en cuando esto no ocurre, y es en esas situaciones cuando nos indican la tendencia.
Hay que remontarse hasta el 2.002 para encontrar seis velas a la baja en gráficos semanales por lo que es una señal que debe ser tenida muy en cuenta. Las posibilidades de que hayamos visto un techo mayor son altas y de haber sido así, el verdadero final se hubiera dado en febrero como indican la mayoría de los índices, el máximo que algunos hicieron a finales de abril fue en tres ondas y por tanto no puede ser considerado impulsivo sino de rebote, fruto de la inercia alcista prolongada durante muchos meses.
A pesar de todo, y aunque se hubiera reanudado la tendencia bajista, este impulso ya está muy avanzado y las fechas no parecen propicias para una continuidad sin rebote, ni junio ni la semana de vencimientos son apropiados para grandes desplomes, más aún cuando el 1.250 del S&P está tan cerca y es el verdadero punto donde la tendencia debe confirmarse. En realidad sólo el Ibex está en un momento crítico verdaderamente transcendental.
Hoy los mercados ha amanecido en calma y no parece que los inversores vayan a tomar grandes decisiones mientras no veamos al S&P tomar posición en niveles tan importantes. Todo el mundo espera ver el 1.250 y observar la evolución posterior, algo demasiado evidente así que ya veremos como se suceden los hechos. Por el momento desconfianza y pocas ganas de tomar riesgos hasta que no haya más visibilidad.